EL DESTINO DE LA PERSONA

EL DESTINO DE LA PERSONA

Algunas de las preguntas que las personas se hacen deciden la orientación general  y ultima de la existencia. Se puede vivir el día a día fijando metas parciales y concretas pero existe un final y del cual aparecerán las diferentes preguntas.

TIEMPO, MUERTE E INMORTALIDAD

El tiempo

A) El carácter temporal de la vida humana

El hombre es constitutivamente, un ser temporal: habita en el tiempo y se mueve en el marco y en el horizonte de la temporalidad (el siglo XX ha insistido mucho en la temporalidad como rasgo esencial de la persona).

La temporalidad es un modo de ser y afecta las dimensiones: cuerpo, psique y espíritu, esto significa que la persona es un ser sucesivo o sea que estamos en movimiento.

B) La lucha contra el tiempo.

El hombre ha sido impulsado por el tiempo para controlar, dominar y retener el tiempo. Deseamos hacer cosas y no disponemos del tiempo suficiente para realizarlas. Con el pasar de la historia el hombre ha crecido en tecnología y de este modo ha podido realizar actividades en un tiempo más corto.


¿Qué es morir?

a) El hecho de la muerte

La muerte es un hecho inevitable con el que nos topamos. Sabemos que vamos a morir porque constatamos que nuestra estructura como personas está abocada a la muerte. En primer lugar nuestro cuerpo envejecerías y se hace incapaz de cumplir las funciones orgánicas y causa la muerte. La postura clásica ha insistido en la muerte como la separación del alma del cuerpo entonces también se dice que el que muere es el cuerpo no el alma.
El personalismo ha orientado  en primer lugar remarcando  que la muerte no es algo que suceda solo al final de la vida, sino que está presente en la vida misma,  en segundo lugar, insiste en que la muerte no muere, en sentido estricto, ni el cuerpo del hombre ni su alma, sino el hombre en si mismo.

b) La muerte como dimensión esencial de la vida


La muerte juega un papel esencial en nuestra vida. La muerte se hace presente en la vida primero como posibilidad. Muy diferente es la certeza de la muerte, esto nos quiere decir que todos tenemos la convicción de que vamos a morir aunque no sabemos cuándo y esto altera nuestra forma de vivir porque sabemos que tenemos los días contados y debemos hacer muchas cosas antes de morir.

 
c) La muerte como destrucción de la persona.

 ¿En qué consiste morir? No tenemos una experiencia directa de la muerte porque los que mueren son otros, esta falta de experiencia aparte de ser un obstáculo insuperable, nos indica que comenzamos a adentrarnos a los terrenos que están al límite de la filosofía, es decir, aquellas zonas en el que el intelecto humano comienza a perder pie y a enfrentarse a con problemas de forma radical, a pesar de esto la filosofía no debe  ni puede cesar sus preguntas. La muerte supone también la perdida de la corporeidad, el hombre muere por el deterioro del cuerpo.

d) La muerte del hombre contemporáneo

 Caracterizada  principalmente por el intento de la ocultación, que consiste en el rechazo radical de la muerte. El hombre contemporáneo ha radicalizado y ha tratado de ocultar y desaparecer la represión de la muerte. La muerte se ha privatizado por la sociedad que la convierte en un hecho personal y la privado, cuando esta llega resulta sorpresiva  por el muro que se ha puesto entre el hombre y la muerte.


 ,EL MISTERIO DE LA INMORTALIDAD


El rechazo humano a la muerte se manifiesta en el anhelo de inmortalidad, el deseo de permanecer, de durar para siempre, de no hundirse en el pantano que parece conducir a la nada y a la oscuridad, y en el deseo de saber si existe algo mas allá de la muerte que garantice la supervivencia.
                               

a)      Anhelo y convicción


Una primera manifestación de la inmortalidad es el deseo de permacer de algún modo entre los hombres después de la muerte. Deseamos que nuestra presencia no se extinga inmediatamente o poco después de la muerte. Queremos ser recordados cuando pase el tiempo porque de otro modo, nos daría la impresión de que, en realidad, no hemos existido, de que nuestro peregrinar terrestre ha sido como el recorrido del agua por entre las rocas, que no deja huella ni traza.

a.2) La inmortalidad personal


El deseo de las personas de permaneces en el recuerdo de los hombres es bueno y legitimo, pero no es suficiente. No lo es, ante todo porque solo está al alcance de uno pocos. De la inmensa mayoría de nosotros nadie se acordara al cabo de un lapso de tiempo relativamente muy breve. Y, de la mayor parte de los hombres de hoy son famosos, ese recuerdo resistirá solo un periodo del tiempo muy breve.

Creencias culturales de la sociedad después de la muerte


La primera es el culto a los muertos. Todos consideren que las prácticas rituales de enterramiento implican creencia en alguna en inmortalidad de cierto tipo.



 
¿En qué consiste la intuición de la inmortalidad?

Se trata, evidentemente, de una cuestión difícil, pero nos parece que se puede afirmar que radica en la constatación de que en la persona, en cada uno de nosotros, parece haber algo que no debe ni puede morir, que existe un núcleo de inmortalidad.

 
b)      Las pruebas filosóficas de la inmortalidad                                


Esta intuición interior de que existe en nosotros algo indestructible, una capacidad ultima de vencer a la muerte a pesar de que aparentemente somos vencidos por ella, junto al mensaje de la inmortalidad de las diferentes religiones, ha sido suficiente para la mayoría de los hombres que han muerto pensando que, de un modo u otro esa es otra cuestión, sobrevivirían.

PRUEBAS CLASICAS PARA FUNDAMENTAR LA INMORTALIDAD               
 

Línea agustina:
Es la capacidad del hombre de conocer la verdad. Como la verdad es inmortal y no cambia con el tiempo, su sede, que es el hombre, también tiene que ser inmortal.
La imposibilidad de que no se cumpla lo que desea la naturaleza:
Todo el que tiene intelecto naturalmente desea siempre.

Estas dos pruebas, de todos modos, apuntan a un núcleo que si constituye, en nuestra opinión, la clave para fundamentar la supervivencia después de la muerte: la existencia en el hombre de un núcleo espiritual, al que clásicamente se denomina el alma, que trasciende a la corporalidad y al tiempo.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                     


c)       El mas allá


La filosofía, acabamos de verlo, es capaz de afirmar la pervivencia del hombre después de la muerte solo es capaz de afirmar esto, lo que plantea dos problemas de muy difícil solución.

c.1) El estatuto de la persona después de la muerte


El primero es el estatuto de la persona después de la muerte, el hombre pervive, ciertamente, pero ¿Cómo pervive?, se trata de un problema de no fácil resolución, ni siquiera en sede teológica, y plantea los conocidos problemas de la escatología intermedia.                                                                                                                                                                                           

C.2) ¿Que hay después?                                            


Que no lleguemos a diluir cual es el estatuto de la persona después de la muerte no es, de todos modos, algo excesivamente preocupante. En cierto sentido, es una cuestión más bien técnica de interés específico para filósofos y teólogos. La pregunta existencial, la que realmente nos interés que nos respondan, es la siguiente: ¿Qué hay más allá?, el mas allá es un mundo no solo desconocido, sino inaccesible y únicamente podríamos entrar por medio de la religión es decir mediante Dios.

15.  Las cuestiones últimas y la religión.

Las cuestiones últimas

La muerte nos ha planteado interrogantes de muy difícil resolución en el marco estricto de una reflexión filosófica, pero no es la única cuestión profunda y decisiva que el hombre se planta y para la que le resulta muy difícil encontrar respuesta.

a)    La pregunta sobre el sentido de la vida

El dolor y el sufrimiento son una de las cuestiones últimas que se plantea el hombre de todos los tiempos. El mundo esta lleno de dolor que, además en determinadas ocasiones, parece especialmente absurdo y cruel.
La reflexión humana, y dentro de ella la filosofía, quizá puede dar razón de algún dolor en particular, pero de los grandes dramas que asolan a individuos y a pueblos resulta muy difícil, pero no decir imposible, encontrar una justificación racional. Por contraposición al dolor, aunque no solo, la felicidad se convierte también en una cuestión última. Es última por su radicalidad. Ya hemos hablado de la muerte y del mas allá y de los problemas irresolubles que plantean. Ahora podemos añadir los problemas relativos al origen. Por un lado está el misterio del inicio del género humano, que los antropólogos intentan desentrañar con muchas dificultades.
Tenemos grandes aspiraciones, somos insaciables y nuestra ansia de saber, de querer y de poder es inmensa, pero nuestros límites también lo son.

b)    La pregunta sobre Dios


La otra pregunta radical que todo hombre se hace es la pregunta sobre Dios. Y en esta cuestión podemos distinguir con claridad dos niveles. El primero es la pregunta sobre su existencia. Hay tantas cosas en el mundo que no se explican ni se justifican por sí mismas que la existencia de un ser que sea responsable de ellas se impone con rotundidad a la inteligencia. Por eso, aunque la existencia de Dios no sea evidente y abra el interesante y complejo apartado sobre las demostraciones de su existencia, la cuestión habitualmente más importante desde el punto de vista personal es otra: ¿Cómo es dios?

c)    Actitudes y respuestas

Los dos grupos de cuestiones que acabamos de considerar tienen un doble característica. La primera es su centralidad. La segunda característica que poseen estas cuestiones y para darles una respuesta adecuada. La datación medieval de este dicho nos informa, además, sobre otra cuestión: la escasa influencia que tiene el tiempo en la capacidad humana de respuesta a estos problemas.

 URIEL




LA DIMENSIÓN OBJETIVA


Son sus manifestaciones estructurales, que están por encima  de la posición de cada individuo. Lo primero que proporciona la religión es una visión de Dios y del mundo. El hombre, como hemos visto, busca en la religión una respuesta a sus interrogantes fundamentales y eso es, por tanto, lo que la religión debe ofrecerle: como y quien es Dios, de donde procedemos, cual es nuestro destino, porque existe el mundo, etc. El característico de las religiones más primitivas es el mito, el racionalismo inicio una campaña desprestigiadora identificándolo con un modo de conocer irracional y no reflexivo pero la fenomenológica de la religión y los estudios antropológicos lo han devuelto al lugar que le corresponde: el de una narración sobre las orígenes.

Los mitos, dice Ferrer, son tanteos de respuestas al enigma de los orígenes y destino del cosmos y del hombre, de la vida  del mas allá y de la muerte. El segundo modo es, en el que la religión proporciona una visión el, uno son los sistemas doctrinales y es el propio de religiones evoluciónales y, en particular, de las grandes religiones monoteístas. Un modo de vivir la relación cultural, se proporciona también el modo concreto de entrar en contacto con la divinidad que se hace afectivo habitualmente a través de un sistema de prácticas específicas al que se suele denominar culto. La justificación de esta dimensión radica en que al hombre le interesa de la religión no solo la doctrina, sino el contacto efectivo y eficaz con Dios, algo que él no puede conseguir solo o por lo menos de una manera suficientemente satisfactoria. El culto consiste precisamente en ese marco por el que el hombre se introduce eficazmente en el ámbito de lo divino.

 RELIGIÓN Y RELIGIONES



Existen y han existido a lo largo de la historia muchos tiempos de religiones y se han realizado desde siempre, también recientemente, esfuerzos para sistematizarlas y catalogarlas. Vamos a exponer muy brevemente dos de ellas.
La primera se debe a Manuel Guerra, que ha agrupado las religiones en torno a cuatro constantes: la telúrica, la celeste, la étnica-política y la mistérica.
La segunda clasificación la propone Ferrer siguiendo a Zubiri y Danielou. Es menos descriptiva y cultural y se centra en loa concepción de Dios propia de cada religión. Consta de cuatro elementos: el politeísmo, el panteísmo, el dualismo y el monoteísmo transcendente.
El politeísmo, se caracteriza por la creencia en varios dioses que, además, se suelen asociar generalmente a entidades específicas ya sea materiales o abstractas: la diosa tierra, los dioses del hogar, el dios de la guerra o del amor, etc. El punto de verdad el politeísmo es que se advierte la o presencia de lo sagrado en todas las realidades.
El panteísmo corresponde a una mentalidad mucho más reflexiva y se caracteriza por borrar las fronteras que separan a las criaturas de Dios al no tener en cuenta su absoluta transcendencia. Dios está presente en la realidad pero en el panteísmo esto sucede con tal profundidad e intensidad que al final las criaturas desaparecen absorbidas por Dios.
El dualismo es una corriente minoritaria pero que ha sido significativa en oriente y que surge, fundamentalmente, como respuestas a la presencia del mal en el mundo. Mientras que la mayoría de las religiones ponen como principio supremo al bien, el dualismo ante la abundancia del mal, responde considerando que existen en realidad dos principios el del bien y del mal, que luchen entre sí.


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